Al encender esta vela, el ambiente se llena de una suave calidez que invita a la calma. Las notas iniciales de lavanda aportan serenidad, evocando un atardecer entre campos tranquilos. El sándalo y el cedro añaden profundidad con su esencia amaderada, creando una sensación de protección y arraigo. Finalmente, el dulce aroma del higo envuelve el espacio con una sutil cremosidad, cerrando esta experiencia olfativa con un toque de nostalgia y equilibrio natural.